viernes, 23 de noviembre de 2012

Reflexiones para antes de ir a votar


La situación de crisis actual que atravesamos, generada esencialmente por los factores del CAPITAL, despiertan en mi memoria la película de unos recuerdos vividos significativos y tristes, y no muy lejanos. Lo peor, es que se pueden perfectamente comparar con situaciones actuales.

Recordamos la ingente cantidad de personas que individualmente o en familia, ya desde comienzos del pasado siglo pero que cuantitativamente aumentó durante los años 50 al 80, buscando una vida mejor para ellos y sus hijos, llegaban a Cataluña en trenes de 16-20 vagones, procedentes de Andalucía, Murcia, Extremadura y Galicia portando como único bagaje aquellas maletas de madera atadas con cuerdas, tal y como pusieron de manifiesto las rancias películas de los mismos años de la emigración en el interior de España y también hacia el exterior.

Lo que no nos han contado en las películas es que una buena parte de esa oleada humana que llegaba tenía a la Guardia Civil esperándoles a su llegada a la Estación de Francia, y al que no podía acreditar que contaba con familia en Catalunya lo obligaban de nuevo a coger el tren con destino a su procedencia, lo que originó que muchos se bajaran en marcha y tuvieran la dramática dificultad de ubicarse en cualquier parte.

Vienen a mi mente igualmente las imágenes de los “ghettos” marginales de chabolas, construidas, con las propias manos y sudores de los emigrantes, fundamentalmente durante los años fuertemente migratorios, que así fueron creando barrios como los del Somorrostro, Pueblo Nuevo, Can Tunis, Montjuich, y otros en los perímetros exteriores de los alrededores de Barcelona y ciudades del Vallés, muchos de los cuales fueron posteriormente abandonados después de más de 15 ó 20 años. Algunos de esos emigrantes perdieron su vida en los márgenes de los ríos barceloneses (Llobregat i Besós), en las riadas de triste memoria.

Los ferroviarios que fueron trasladados llegaron a Barcelona, con más suerte, ya que RENFE LES HABILITABA UN VAGON DE TREN DONDE ALGUNOS VIVIERON MAS DE 15 AÑOS.

Otros ya fallecidos que yo conocí, que fueron los que vivieron esa historia, me comentaban que eso no volvería a ocurrir y que nosotros que teníamos unos años menos que ahora, no nos podíamos imaginar lo mal que lo pasaron.

Pero a la vista de la situación actual, los que así se lamentaban ante nosotros estaban lejos de imaginarse que muchos de los descendientes de aquellas personas emigrantes volverían a vivir aquellas tan amargas experiencias, si queréis de manera diferente. Algunos de ellos ahora por avalar a sus hijos y nietos en la compra de una vivienda.

Con todo lo precaria que podría ser esa situación, lo que no cabe duda es que en esos barrios, germinó una virtud esencial que enorgullece al ser humano humilde como es la de la SOLIDARIDAD, que convida a apoyarse los unos a los otros para sobrevivir con dignidad en estos tragos tan amargos.

Los que abrieron las puertas de Catalunya a los emigrantes a cambio de sus trabajos que en general fueron precarios y mal pagados, los que así especularon laboralmente, en el fondo son los mismos que en estos momentos han generado esta crisis que nos sitúa a nivel económico en los años que describimos. Sin embargo ahora los trabajadores ni tan sólo podrán tener sus tristes barracas, y paralela y contrariamente estarán llenos de deudas con una vida indigna que puede llevar en algunos casos o muchos a sobrevivir en las calles, espacios públicos, oficinas abiertas etc, sin poderse quitar de encima deudas importantes con Bancos que les expropian y que al tiempo a ellos les subvencionan los poderes públicos, para encubrir sus malas operaciones con dinero de todos. En definitiva, no se trata sólo de una expropiación personal sino que se les expropia algo que proclama la Constitución como es el reconocido derecho a UNA VIVIENDA DIGNA.

He creído oportuno el recordar estas triste páginas de la historia de Catalunya antes del día 25 de noviembre, para que medites tu voto, porque considero que es prioritario resolver las precarias situaciones sociales y económicas que padecemos, antes de meternos en otras vías que no pretenden otra cosa más que aparcar no sabemos por cuánto tiempo la resolución de los problemas que sufren muchísimos ciudadanos. De hecho, aprovechando la gran manifestación del 11 de septiembre, CIU pretende meter debajo de la alfombra su incompetencia manifiesta de que los catalanes volvamos a disfrutar realmente de los derechos sociales que nos merecemos.
Es por eso desde ICV-EUiA decimos: 

DERECHO A DECIDIR……. Sí

Y DERECHOS SOCIALES … TAMBIÉN. 

Danos tu apoyo…


Victoriano R.

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