LAS PERSONAS TRABAJADORAS Y LOS PENSIONISTAS NO HEMOS CAUSADO LA CRISIS Y NO DEBEMOS PAGARLA
Suprimieron el impuesto de patrimonio, rebajaron el impuesto de sociedades, rebajaron los topes máximos impositivos en la renta de las personas físicas, rebajaron cotizaciones sociales a los empresarios, han privatizado servicios públicos esenciales… y ahora, lejos de tocar el bolsillo de los poderosos, causantes de la crisis, se ayuda a los bancos ante la crisis financiera y se opta por reducir el gasto público a costa de la reducción de la protección social y de la reducción salarial de los empleados y empleadas públicas. Zapatero con estas medidas está aplicando lo que siempre ha negado, la política económica de la derecha, personificada en los organismos monetarios internacionales y en las grandes fortunas que manejan las bolsas mundiales.
Se pretende hacer creer que la crisis está generada por el excesivo gasto público. Lo que es totalmente falso. Somos uno de los países, junto a Grecia, Portugal o Irlanda, con el gasto público (incluyendo el gasto público social) más bajo de la Unión Europea de los 15 (el grupo de países más ricos de los de la Unión Europea). Se pretende ocultar que el déficit no se debe al excesivo gasto público, sino a la disminución de los ingresos del Estado, resultado de la disminución de la actividad económica y su ineficacia en conseguir un aumento de los ingresos del estado que se ha plegado a los intereses de los poderes económicos y financieros. Además de haber estado subvencionado a la Banca con el dinero público, el Gobierno mantiene un sistema de recaudación de impuestos escasamente progresivo, con una carga fiscal menor que el promedio de la UE-15 (que no grava a los más ricos, ni a las grandes fortunas) y con un enorme fraude fiscal (que oscila entre un 20% u un 25% del PIB). Como ha afirmado el reconocido economista Joseph E. Stiglitz (Premio Nobel de Economía 2001) con todos los fondos gastados para ayudar a los banqueros y accionistas se podrían haber creado bancos públicos que ya habrían resuelto los problemas de crédito que estamos experimentando.
Frente a esta situación, desde el Sindicato Ferroviario entendemos que el movimiento sindical alternativo debe organizar una respuesta unitaria contra la ofensiva a nuestros derechos sociales y laborales -a la que ahora se suman las medidas anunciadas por el Presidente del Gobierno- y ante la que nos tememos que los sindicatos institucionales mantendrán su actitud ante a los gobiernos y la patronal, sin voluntad de articular la necesaria respuesta contundente y continuada para anular estas medidas políticas y económicas que pretenden que, una vez más, paguemos la crisis los trabajadores y las trabajadoras.
Basta recordar que CCOO y UGT eran conocedores de las medidas del Gobierno desde el pasado martes, el día anterior a la declaración de Zapatero ante el Congreso.
Por todo ello, desde el Sindicato Ferroviario consideramos necesaria la movilización de los trabajadores y trabajadoras, personas jubiladas, personal empleado público, personas dependientes, madres, estudiantes así como del conjunto de la ciudadanía para mostrar nuestro rechazo a esta política económica ineficiente e innecesaria que sólo beneficia al mundo financiero. En ese sentido, llamamos a asistir a la manifestación del próximo domingo día 16 en Madrid.
Punto de Concentración de nuestra Confederación Intersindical: a las 12,45h. Cibeles esq. Correos
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